En el andar por la vida

En el andar por la vida, lo importante no es lo que sucede, sino cómo lo interpretamos.

sábado, 31 de diciembre de 2016

A por otro año

Doy muchas veces las gracias por haber pasado un año más en mi casa; continúo en ella a pesar de que no es mía. Vivo como de prestado en mi propia casa, pero lejos de estar apenada, me produce alegría hacerme consciente de que sigo aquí, así que,... vamos a por otro año, a darle a las uvas y al cava como dicta la ocasión: con agradecimiento infinito por el año que se va y dando la bienvenida con optimismo y alegría al año que se acerca, el 2017 ¡Bienvenido!

Todos los años, desde que empecé con esto, pienso que del siguiente no pasa, que ya tiene que estar encima el cambio... pero no, aquí "estamos tan agustito".
La verdad es que nos adelantamos a los acontecimientos y no acertamos, yo por lo menos.

No he vuelto a saber nada de la empresa de Madrid encargada de mi caso, no me han llamado y no he llamado, viviendas municipales tampoco me ha llamado, por lo que ¡no tener noticias es un gran noticia!

Sigo a la espera de alguna carta en el buzón o en correos y mientras, he ido quitando trastos, zapatos y ropa para que el día que tenga que hacer la mudanza, sea con lo que de verdad uso.
Aún tengo las cajas con libros que hice hace ya casi cuatro años, pensando que en nada estaría en la calle. Está claro que artes adivinatorias no tengo, cosa que me alegra.

Voy a despedir el 2016 dando las gracias por lo vivido, porque aún sigo en mi casa y porque la vida merece ser vivida con optimismo y felicidad al margen de las circunstancias.
Vivo mi presente y cuando me preguntan por futuros, la verdad es que no tengo ni pajoleta idea de que me pasará. Está claro que si no hubiera cambiado mi forma de ver la vida a cuenta de esta circunstancia especial que es estar andando en un desahucio, hoy en día viviría amargada y deprimida.
No tengo ningunas ganas de fastidiarme lo que me quede por vivir, ni a mí ni a mis hijos, sobre todo e pequeño que es el que vive conmigo.


Así que, adiós 2016, mucho y muy bonito he vivido y bienvenido 2017, me gustaría despedirte dentro de un año en esta misma casa en donde me encuentro ahora. No nos queda más que ¡ir a por otro año!