Hablando con un amigo de todos estos temas de abogados, bancos, negociaciones y demás asuntos varios, me comentaba que cuando uno está en ellos el tiempo corre distinto, pasa un día y es como que han pasado tres, pasa una semana y te da la sensación de un mes. Solo tienes ganas de salir del problema y todo tiempo o plazo te parece demasiado.... pero, las cosas de palacio van despacio, así que paciencia, ¡mucha paciencia!
Ya he hablado con mi abogado ayer y me comentó que tiene que pasar por donde mi anterior abogada a por la documentación, como se que está muy liado, me he ofrecido para ir yo (ya me ofrecí a mi abogada y me dijo que no), precisamente porque se que las cosas de abogados van despacio.
Me comentó que antes llamara para que me lo preparase y así lo hice, me dijo que lo llevara a su bufete y así lo haré, después que cuando tenga todo lo estudiará (¿las cosas de palacio van despacio?).
Llamé a mi abogada (ya sabe hace una semana que le va a pasar todo a mi nuevo abogado, ella se ofreció) y me pidió que la diera unos días para tener todo y que si no me llamaba para el viernes, que la llamara yo para recordárselo porque está a muchas cosas. De nuevo digo, ... así lo haré y de nuevo pienso ¡las cosas de palacio van despacio!
Tic, Tac,
Tic, Tac,
Tic, Tac,
Pues nada, que no me ha llamado y la tendré que llamar mañana y … ¿me dirá que la llame el lunes para recordarle? y luego ¿me dirá que pase el miércoles o el jueves o …?
Porque es que ¿las cosas de palacio van despacio?
Pues, entre que yo estoy que los días me parecen semanas y que las cosas de palacio van despacio, aquí estoy, ¡con el don de la paciencia ejercitándolo!
Esperaré pacientemente, porque en principio tengo tiempo, eso sí, … ¿nos pillará el toro?
Esta entrada me ha salido muy de preguntar, pero claro, como ya no dependen de mí los pasos a dar, no puedo afirmar nada.
Pues eso, que a tener paciencia porque ¡las cosas de palacio van despacio!
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