En el andar por la vida

En el andar por la vida, lo importante no es lo que sucede, sino cómo lo interpretamos.

viernes, 9 de mayo de 2014

Se está acercando un día feliz


Dentro de toda esta historia de vida que me ha tocado vivir hay sus luces y sus sombras, como en todas las historias de vida, y yo ahora quiero pensar que se está acercando un día feliz. ¿Por qué?

Esta entrada no va a dar ninguna información nueva con respecto a la situación que hay en estos momentos en cuanto a la subasta y posible desahucio que tengo encima como una nube negra, simplemente hablaré de un cambio interior, de una reflexión, de una decisión.

No tengo ningún motivo lógico ni demostrable para deciros que mi problema de que subasten mi casa y me vea obligada a abandonarla se va a arreglar satisfactoriamente para mí y menos después de ver que este último año no ha servido para arreglarlo y que sigo prácticamente igual que como estaba.

Lo único que puedo hacer yo como propietaria y no prestataria del crédito que pesa sobre mi hogar, es pagar la deuda o esperar a que subasten mi casa y si sobra algo, pedirlo porque es mío, después, si esto sucede, buscarme donde ir.

La única manera que tengo de pagar, es conseguir materializar unos papeles que dicen que el señor prestatario del crédito motivo de la demanda, me debe un dinero y la única manera de que pague es embargando su licencia de taxi.
En este tema el avance que tengo con respecto a hace un año es que ya hay una solicitud por parte del juez pidiendo al ayuntamiento información para poder proceder al embargo.

Se que el taxi es el trabajo del prestatario, si, también se que mi casa, pagada la mayor parte con el dinero de la venta de mi casa anterior, está gravada con un crédito cuya mayor parte del dinero se destinó a una adicción del prestatario como es la ludopatía.
Ya di vueltas en su momento a este tema y tarde en tomar decisiones, tras lo cual mi conclusión fue, o su trabajo o mi hogar.

No tengo aún el dinero de esas dos demandas y no se el tiempo que se tardará en ello y aunque el abogado me dice que esté tranquila que eso es dinero seguro, si no lo tengo no puedo pagar al banco, por lo cual pasamos al siguiente paso si no se paga, la subasta y posterior desalojo.

Si esto llega, solo puedo reclamar la parte de dinero sobrante de la adquisición una vez pagada la deuda al banco y si no sobra y falta dinero para pagar, el restante se lo reclaman al prestatario y no a mí.
Decir que si sale a subasta por el 70% del valor de tasación, cubriría la deuda casi completamente, no total pero casi, por lo que a mí no me quedaría sobrante y el prestatario quedaría con una pequeña deuda totalmente asumible.

¿Quién sale beneficiado económicamente con la subasta de mi hogar? Pues el banco que saldaría su deuda y el prestatario que le quedan prácticamente pagadas las deudas.
¿Quién sale perjudicado económicamente? Pues yo, ya que el dinero de la venta de mi anterior casa, más la parte amortizada durante los años de convivencia con el prestatario, se van para no volver.

¿Quién sale perjudicado emocionalmente?
Yo durante todos estos años de inquietudes por no poder solucionar el tema, por haber estado pagando unas cuotas que no me correspondían y suponían un esfuerzo familiar, haber tenido que pagar un abogado y un procurador para poder reclamar el dinero de esas cuotas, por las vueltas que he tenido que dar para demostrar dichas reclamaciones.
Si, yo primero, porque he sido yo quien ha llevado el peso de las consecuencias de esta situación.

Mi hijo el pequeño, porque me ha tenido que vivir en situaciones tensas, porque por trabajar para sacar dinero para hacer frente a la vida, no me ha vivido todo lo que me tenía que vivir y le empezado a ayudar a crecer un poco tarde y porque en definitiva, como niño está viviendo una situación no favorecedora en cuanto a seguridad y porque va a tener que vivir, en caso que ocurra, un desalojo de su hogar con lo que ello conlleva.

Luego de manera secundaria, todos los que nos rodean a mi hijo y a mí, mi pareja, mis hijos mayores, mi familia, mis amistades, mis conocidos, ......

Mis hijos mayores, que vivieron también parte de este proceso y les afectó en su día a día y que aunque ahora no vivan en mí casa, andan pensando como ayudarme.

El otro día pensando en todo esto un poco, en todas las vueltas que estoy dando, en todas las peticiones de ayuda que estoy haciendo por diversos canales, en todo el tiempo y energía que me está ocupando esta situación, en estar en continua alerta a ver si me sale algún trabajo milagroso que me permita unos ingresos con los que seducir al banco para una refinanciación, en pensar cada vez que suena el timbre y oígo "cartero, carta certificada" ¡a ver ahora que es!, en no ir a reuniones de comunidad porque a ver con que cara miro a los vecinos si no pago y en tantas cosas más de las que he vivido y estos viviendo, me vino a la cabeza que la vida es más fácil que todo esto, que no hombre, que en algún sitio me he equivocado y me he ido por el más duro y complicado.

Me vino a la cabeza que yo no quiero tanto esfuerzo en la vida de mi hijo ni en la mía propia, que ya vale, que esto se tiene que acabar, que ninguno de los dos nos lo merecemos y que tiene que haber una manera más fácil para nosotros.

Pensé que vale ya de gente en mi vida con la que complicármela, que he pasado de un padre de mis hijos los mayores que después de separados me dejó sola cuando su hermano dejó de pagar un crédito de un coche, cuyo aval era la casa donde vivía con nuestros hijos. De ahí pasé a poner la casa a nombre del padre de mi tercer hijo para que el banco no me la pudiera quitar por impago del crédito, todo esto asesorada por mi gente, la que sabía más que yo.
El padre de mi hijo el pequeño aprovechó que no necesitaba mi firma para hipotecar mi casa y solo me enteré de ello cuando cambiamos de casa y compramos la de ahora y me enteré cuando ya no había vuelta atrás en la compra de la nueva vivienda ya que pusimos una señal elevada que si no perderíamos.
Persona que de nuevo aumentó el crédito de la hipoteca de la nueva casa al tenerla solo a su nombre ya que yo no podía tener nada en propiedad por el famoso aval realizado en su día a un cuñado. De esta nueva hipoteca yo me entero una vez separada de este señor.
Crédito que no se ha pagado durante los dos años y pico últimos, por lo cual era evidente que el banco no iba a dar un par de palmaditas en la espalda del prestatario y decirle "¡tranquilo majo, no pagues si no quieres!"
Esto con respecto a mi hogar físico, mi casa, mi sitio donde vivir con mis hijos.

En cuanto a lo laboral que afecta, dos negocios fallidos con dos amistades fallidas. Sin entrar en detalles diré que la conclusión es que dejé que se quedaran con ellos, me marché sin nada de ellos y si con un embargo preventivo sobre mi vivienda por un crédito para abrir uno de los negocios, aquí muy importante que en la asesoría de una empresa que ayuda a los nuevos emprendedores a abrir nuevos negocios, nos aconsejaran comunidad de bienes.

De lo laboral, no voy a contar mucho, solo que he pasado lo mismo por limpiar wc., que por dirigir grupos de personas, lo mismo he sido gerente de una multinacional que he estado haciendo el trabajo de monitora en el horario que nadie quería, lo mismo he hecho encuestas puerta a puerta, que he sido coordinadora de un equipo de ventas, los mismo................. muchas cosas para salir adelante, pero que en este momento he acabado con una situación económica tan precaria, que hace dos meses me cortaron la luz por impago y que acabo de recibir una demanda por impago de las cuotas de comunidad y que ya el montón está agotado ("quita y no pon, se acaba el montón") .............. ¡No más, ya no más!

¿Sabéis que siento? Que con tanta fuerza y energía que tengo para levantar situaciones adversas y con el umbral de esfuerzo y dolor tan alto que tengo, me he hecho dura la vida, he normalizado el esfuerzo y he puesto la barrera de lo tolerable demasiado alta y de nuevo me digo.........
¡No más, ya no más!

Mi actitud en la vida me recuerda a la que tuve cuando me hicieron una operación y como en todas, de lo peor que puede haber es una infección. El médico me dijo que en cuanto sintiera algo de dolor que pidiera cita y lo miraba, pero aunque sea poco dolor, que podía ser síntoma de infección y cuanto antes se atajara mejor.
Pues cuando volví a la visita de revisión, me comentó que cómo no había ido antes porque tenía infección, no muy extendida, pero tenía, por lo que debería haber sentido dolor.
No sentí, sinceramente, no sentía dolor, solo una leve molestia que yo entendí normal tras una operación, a lo que el médico me dijo que ese umbral del dolor tan alto, en este caso no me había favorecido.

Sentir solo molestias cuando se debería sentir dolor como modo de defensa de vida, no es ninguna ventaja en algunas ocasiones, aunque desde fuera parezca una virtud.
No tener miedos económicos, en estos momentos no se tampoco si es una gran ventaja, aunque se que los miedos económicos de los que me rodeaban y me aconsejaban y a los que yo he hecho caso sin valorar y buscar si tendría otras opciones, son los que me han llevado a esta situación.

Mis sistemas de preservar mi seguridad económica han fallado, han fallado toda mi vida y me he juntado con personas que la han puesto en peligro constantemente, me he dejado influenciar por los miedos ajenos, no he cotejado si las soluciones que me brindaban eran realmente buenas, he confiado tanto que "la confianza da asco", por esto y más cosas, he estado económicamente abajo, arriba, abajo, por eso he llegado a la situación actual, por fin ahora me digo ¡Vale ya hombre! ¡No más, ya no más!

Como me dijo en su día una gran amiga "Eloisa, te pasas la vida con el machete en la mano haciéndote el camino por entre la maleza" y yo digo hoy ¡No más, ya no más!

Saber que mi ser me grita que ya no más, que esto tiene que cambiar, que me dice o cambias o te quedas por el camino, que me dice espabila, que me grita ¡No puedo más, tiro el machete!, me hace saber que se está acercando un día feliz, porque ya, no mañana si no ya, voy a hacer para que la vida me sea más fácil, más suave, menos dura y más tranquila.
Yo, hoy más que nunca, necesito saber que se está acercando un día feliz.

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